sábado, 9 de octubre de 2010

La emigración en Arandas en los 30's

En la región conocida como los Altos de Jalisco se localiza el municipio de Arandas. Al igual que el resto de los poblados de esta región, comparte un fuerte fervor religioso y dedicación al trabajo. Además de una tradición de migración hacia los Estados Unidos desde principios del siglo XX, y que en el caso de los alteños se acentuó debido a la Guerra Cristera.
Entre 1931 y 1932 Paul Taylor realizó entrevistas e investigación documental sobre la migración de arandenses hacia los Estados Unidos. Entre las causas de este fenómeno en Arandas, Taylor explica: “Así como la presión poblacional sobre la tierra continuamente subdividida ha dado como resultado la emigración, el desorden político y las luchas religiosas también han provocado que gran cantidad de gente abandone Arandas en forma permanente.”
El papel de las remesas jugó un papel importante desde esa época, permitiendo un mayor poder adquisitivo entre los pobladores más pobres de la comunidad, permitiendo elevar sus estándares, y a la vez fortalecer un mercado de bienes americanos y mexicanos.
Rumbo al Norte. Vagón con braceros que
se dirigen a trabajar en Californa.
Dorothea Lange
Al igual que en otras ciudades y comunidades mexicanas, la conexión ferroviaria que iba de la Ciudad de México a El Paso permitió una emigración más rápida hacia el otro país.
Vale la pena señalar las diferencias de salario entre quienes trabajaban en Arandas y quienes se iban  trabajar a Estados Unidos, los primeros recibían 25 centavos y 3 1/2 kg de maíz por una jornada de sol a sol, mientras que, por ejemplo en Kansas, se les pagaban 1.25 dólares por 10 horas de trabajo al día. Ello hizo que se volviera atractiva la idea de "irse al norte".

Si bien, las condiciones de guerra y posguerra en EUA impulsaron la emigración en Arandas entre 1917 y 1920, la revolución cristera ocurrida entre 1926 y 1929, y que ocurrió de manera más incisiva en la región de los Altos de Jalisco, impulsó la emigración de arandenses, no sólo hacia los Estados Unidos, sino que también hacia otras ciudades donde no había guerra. Y además de quienes emigraron, se previno a los migrantes que ya estaban en EUA para que no regresaran, por seguridad personal y por el gran beneficio que las remesas significaban en ese momento.

Entre las principales causas de emigración de los arandenses se encontraban:
  • Escasez de empleos
  • Diferencia de salarios entre México y Estados Unidos
  • Aventurar en Estados Unidos
  • Demanda de jornaleros en Estados Unidos

En las palabras de un obrero analfabeta que no pudo emigrar y fue entrevistado por Taylor: “El peor trabajo en Estados Unidos es mejor que el más bueno aquí”.

Fuente:
Taylor, P. (1991). Arandas, Jalisco: Una comunidad campesina. En J. Durand (Com.), Migración México-Estados Unidos. Años veinte (pp-131-221). México, D.F.: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

martes, 5 de octubre de 2010

El otro, el mismo. El nuevo ciudadano.

Nadie es patria, pero todos lo somos. [1]

Esta lacónica frase del escritor argentino Jorge Luis Borges, es un reflejo de la situación mundial, en donde los otrora estoicos Estados –nacionales comienzan a desdibujarse; en un entorno permeado por una intensa migración internacional. “El otro, el mismo” parece ya no tener cabida en la construcción de la ciudadanía, ante nuevas configuraciones que entrelazan a diferentes grupos sociales, en lo que Stavans llama mestizaje.

En concreto en los Estados Unidos, actualmente el auge de la comunidad hispana es indiscutible, esta minoría, parece devenir en una fuerza cada vez más pújate y con características complejas, la cual está “hispanizando” a la sociedad estadounidense en muy diversas formas, reconfigurando el concepto de ciudadanía. ¿Pero, hasta qué grado?

En su último artículo en Foreign Affaires en español, Ilán Stavans[2], presenta el panorama actual de la comunidad hispana en EE UU; resaltando la importancia de esta minoría. La presencia hispana en este país, es la quinta concentración hispano parlante en el ámbito internacional, tiene más peso demográfico que muchos países latinoamericanos juntos; relevancia que sin duda se ve reflejada en una notoria transformación del modus vivendi estadounidense; aunque claro, con sus marcadas reticencias.

Desde distintas esferas, se puede observar la presencia hispana en EE UU, en los medios de comunicación, en el sistema escolar, en la música, en la comida, entre otros, sin eludir al relevante ámbito político, el que cada vez los latinos cobran más fuerza, por el famoso voto hispano.

Uno de los aportes más destacados de Stavans, se centra en resaltar la nueva configuración en el concepto de ciudadanía, que resulta de la interacción entre distintas culturas –sin especificar el número– a lo que denomina mestizaje; el cruzamiento de razas diferentes; las cuales en sus múltiples relaciones, dan origen a una nueva cultura, conformada con aportaciones de ambas sociedades.

Con este panorama ¿Quién es un estadounidense? ¿Quién es un latinoamericano? El impacto va en ambos sentidos, la migración internacional afecta tanto a los que están, como a los que llegan. Como se menciona en el texto; Latinoamérica se extiende más allá del río Bravo, esta línea divisoria se diluye, para aportar nuevas complejidades en el mundo latinoamericano. Y en el otro sentido ¿No llega EE UU a pisar suelo latinoamericano?

La relación se vuelve mucho más compleja cuando, la sociedad estadounidense, como sociedad dominante y la sociedad hispana, como minoría, son analizadas como grupos heterogéneos, compuestos por “microminorías”[3] que juegan diferentes roles dentro de la sociedad y defienden distintos intereses.

Notoriamente la comunidad hispana, independientemente de la división por nacionalidad; puede analizarse bajo la lupa de los diferentes estratos sociales en los que se divide, detectando que los hispanos, son un grupo social imbricado en la sociedad estadounidense de muy diversas formas.

Como reclama un popular corrido de los Tigres del Norte: “Pero que importa si soy nuevo ciudadano, sigo siendo mexicano, como el pulque y el nopal, caben dos patrias en un mismo corazón”.[4] Dentro de este contexto vale apreciar la formación de los nuevos ciudadanos.

[1] Frase de Oda escrita en 1966 (El otro, el mismo) Jorge Luis Borges. http://www.scribd.com/doc/6733537/Borges-Jorge-Luis-El-Otro-El-Mismo-Algunos-Poemas

[2] Stavans, Ilán, "El poder cultural de la minoría latina en Estados Unidos" en Foreign Affairs en español, vol. 2, núm. 3. pp. 123-132.Para leer artículo completo: https://www.yousendit.com/download/WTNKcHBFdkcrV3hjR0E9PQ

[3] Ilán Stavans, menciona este nuevo concepto remarcando la heterogeneidad que representa la cultura hispana en Estados Unidos, la cual puede presentar diversas divisiones, por supuesto una básica es por nacionalidad.

[4] Corrido de Los Tigres del Norte: Mis dos patrias. http://www.youtube.com/watch?v=UnZSpW0-V_w