sábado, 31 de julio de 2010

Juan Soldado

En la noche del 13 de febrero de 1938, desapareció en la ciudad de Tijuana la niña Olga Camacho Martínez, de 8 años de edad. Siendo Tijuana una ciudad con menos de 20,000 habitantes, todos se conocían bastante bien, por lo que la ciudad entera se unió en la búsqueda de la niña, cuyo cuerpo encontraron degollado y ultrajado.
La policía local comenzó a dentener sospechosos y fue ayudada por el agente Ed Dieckmann, de la ciudad de San Diego, California. El caso era fácil de resolver debido a las huellas dejadas en el lugar del crimen: huellas, cabellos del asesino en las manos de la niña, incluso huellas de zapatos con una marca de diamante en la suela del mismo.
Uno de los sospechosos era el soldado raso Juan Castillo Morales, quien ahora es conocido como Juan Soldado. Al cuestionársele sobre el crimen, lo confesó llorando y pidiendo perdón. Explicó que sucedió bajo la influencia del alcohol y la marihuana. La noche de la desaparición de la niña, Juan Castillo había llegado a su casa manchado de sangre.
La información se filtró y los vecinos exigieron que se les entregara a Juan Castillo para lincharlo. Se armó la revuelta y la jefatura de policía, junto con la oficina de gobierno de la ciudad se vieron incenciadas. Se llevó a cabo un juicio militar, donde las pruebas, sumadas a la confesión de Juan Castillo Morales, llevaron a que fuera declarado culpable y sentenciado a muerte.
La mañana del 17 de febrero se llevó a Juan Castillo al Panteón Municipal No. 1 donde se le aplicó la Ley Fuga. Esto en presencia de los vecinos de la ciudad que acudieron a atestiguar la muerte del acusado.
La opinión de los vecinos comenzó a cambiar, llenos de un sentimiento de culpa, comenzando a decir que Juan Soldado era inocente. Se dice que fue entonces cuando comenzó el rito de lanzar piedras a la tumba de Juan Soldado, como una forma de pedirle perdón, y fue así también como comenzaron los "milagros". Existen dos capillas dedicadas a Juan Soldado en el Panteón No. 1 o Puerta Blanca. Los principales devotos son personas con problemas para ingresar a Estados Unidos o "polleros". En ambas capillas hay exvotos y cartas de agradecimiento por los favores recibidos de parte de Juan Soldado.

Uno de los mitos religiosos surgidos sobre la vida de Juan Soldado es el siguiente:
Juan fue dado de baja del ejército y recibió una paga consistente en tres piezas de pan, las cuales llevaba a casa cuando se encontró con un hombre de edad avanzada, quien dijo estar hambriento. Cuando Juan le entregó una pieza de pan, no supo que el hombre al que se la entregaba era San Pablo.
Después encontró un mendigo quien también le pidió pan, Juan no lo reconoció, era San Pedro, y después de quejarse de un país lleno de mendigos, le dio la segunda pieza de pan y continuó con su camino. Cuando un tercero le pidió pan, Juan se enojó, aunque se rindió y entregó la última pieza de pan a este extraño, quien era Dios.
En respuesta a su generosidad, el Todopoderoso le ofreció lo que él deseara. A lo que Juan contestó que su deseo era que su  mochila tuviera poderes mágicos. El Señor le dijo a Juan que cuando deseara algo, sólo dijera "Todo a mi mochila" y así ocurriría. Entonces, si Juan tenía hambre e iba a una panadería y decía "Todo a mi mochila", ésta se llenaría de pan dulce. Así ocurrió, y cuando una noche fue a dormir a una casa abandonada al indicársele estaba llena de almas en pena, él repitió "Todo a mi mochila", llenándola de demonios que después le ayudarían a amasar una gran fortuna. Es por ello que los soldados y demás devotos acuden a él para pedirle hacer un trato.

La relevancia de este personaje no radica en el crimen cometido, sino en los "milagros" que se le atribuyen a este "santo", quien se ha convertido en uno de los mártires favoritos por quienes cruzan o intentan cruzar la frontera como indocumentados.


Fuentes:

lunes, 26 de julio de 2010

El Observatorio de migración es un blog formado por las aportaciones de ciudadanos y profesionales, que desde distintas perspectivas abordan el fenómeno de la migración. Este proyecto surge de los participantes del Curso Inmigración y Ciudadanía de la Escuela Complutense Latinoamericana, Guadalajara 2010.

Con el propósito de ser un espacio plural, en el que se comparta información relacionada con el tema de la migración y sus múltiples implicaciones sociales, políticas, económicas, culturales, etc. Y así, colaborar en la construcción de un conocimiento responsable del fenómeno migratorio abordado desde diversas aristas.