lunes, 31 de octubre de 2011

Danica ¿Esperanza o Desesperación?

Mucho se habla en los medios de comunicación del nacimiento del habitante 7 mil millones en el planeta, varios países y ciudades lo han conmemorado de diferentes formas, pero fue Danica, una niña filipina, la seleccionada para ser reconocida con este ¿honroso galardón?

Y, cuestiono el título de ser el habitante 7 mil millones, porque es sabido que Adnan, el niño serbio al que se le adjudicó el título 6 mil millones hace 12 años, hoy vive casi en la total pobreza, su madre está enferma y su padre desempleado.

Lejos de las celebraciones, el saber que llegamos a tal cantidad de habitantes en el orbe lanza un sinnúmero de retos, los cuales, deben ser visualizados y enfrentados con inmediatez. ¿Qué calidad de vida tendrán? ¿Qué atención de salud les espera? ¿Dónde trabajarán? entre muchas otras interrogantes que se podrían plantear.

Haciendo referencia no sólo a los que están por venir, sino a los que ya formamos parte de esa cuantiosa cifra. Según las estimaciones de UNFPA, para 2050 se llegará a la cantidad de 9,300 millones de habitantes. Por lo que, según las perspectivas, seguiremos creciendo, aunque en un ritmo más lento.

El problema no es que veamos la forma de ser menos, sino el que encontremos la forma de asegurar el bienestar de los que habitamos el planeta, cerciorándonos que éste no se deteriore con la sobrepoblación, lo cual, ya de facto implica un desgaste.

El bienestar es algo que parece inalcanzable, más en un mundo polarizado económicamente: naciones ricas y pobres, familias poderosas y otras muchas numerosas y hambrientas, individuos multimillonarios frente a miles de desempleados.

En 2011, el bienestar es un concepto en desuso ante la coyuntura mundial de crisis económica. Los gobiernos de los países industrializados parecen optar por el rescate de sus instituciones financieras a costa de lo que sea, a costa incluso, de las ayudas sociales que brindan bienestar en las sociedades.

¿Son estas las medidas correctas para atender el boom demográfico que ya nos ha alcanzado? Las protestas y movimientos de indignados en todo el mundo nos dicen que no, pues a la gente muy poco le benefician estos drásticos recortes al gasto social, que no hacen más que mermar en su calidad de vida.

Aunque el movimiento de indignados parece tambalearse entre la aceptación y el rechazo, poco a poco se integran más adeptos, no se debe olvidar que estos movimientos ya han tenidos claros resultados con la Primavera árabe.